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31 de mayo de 2015

Como logré que mi esposa se pase a Ubuntu

Como todo fanático, no puedo evitar compartir mi dicha con todo el mundo diciendo lo fantástico que es Linux y tratando de convencer a quien tenga adelante para que lo pruebe, y así, siguiendo el dicho “todo comienza en casa”, decidí aplicar todos esos maravillosos y persuasivos argumentos directamente a mi esposa.
Por desgracia, la futura madre de mis hijos, me mandó a volar cuando intenté mostrarle lo bien hecho y fácil de usar que es el entorno Unity. (Ese día me acordé mucho de la mamá de Mark Shuttleworth.) Pero en fin, siempre he pensado que es una obligación moral, convertir a todos nuestros seres queridos, así que decidí que si quería lograr mi objetivo tendría que hacer un plan con una estricta serie de pasos.

Esto fue lo que hice:

Paso 1:
Predicar con el ejemplo: Antes que todo, lo primero que hice fue abandonar completamente y para siempre cualquier cosa que me ligara con Windows y empecé a usar pura y exclusivamente Linux (en este caso Ubuntu). Ok, una vez hecho lo único que quedó, fue hacer que me vea siendo feliz.
Paso 2:
Instalar en mi computadora todo lo que ella usa y mostrar lo bien que funciona
: En este caso además de continuar con la felicidad del punto anterior, hice una lista de todas las aplicaciones que ella usa (que en realidad no son tantas), las instalé en mi ubuntera y luego como al pasar, le mostré con mucha alegría lo bien que funcionaban. Como ella es escritora, usa muchísimo MS Office (control del cambios) por lo que lo único “difícil” que tuve que instalar fue Wine.
Paso 3:
Evaluar su inconformidad con su actual SO: Esto fue lo menos difícil, ya que a pesar de que Windows 7 es de lo mejorcito que ha hecho Microsoft, la compu se trababa mucho, estaba muy lenta por culpa del estúpido antivirus y tenía problemas sin sentido (como por ejemplo un error de redundancia cíclica), por lo que más más que menos ya estaba harta de tener que aguantar todo eso. Así que en ese sentido, no más bastó que darle un pequeño empujoncito.
Pato 4:
Abandonar el soporte técnico para Windows: En realidad, nunca le negué asistencia técnica pero si le hacía saber lo tremendamente difícil que era para mi arreglar Windows y que ya para la próxima vez iba a tener que llamar a un técnico. (Lo cual la ponía furiosa por que entonces pá’ que se casó con un nerd?)
Paso 5:
La estocada final: Después de verla sufrir y sufrir (y llorar y patalear) con Windows y después de verla verme feliz y contento usando Ubuntu, no me quedó más que –como al pasar– sugerirle sutilmente que se cambie a Linux. Entonces en ese momento, pude saborear la victoria, de hecho, ese día recuerdo que estuvo soleado todo el día y que mis perros no ladraron ni una sola vez.
Paso 6:
Instalar Ubuntu: Algo tan fácil que ya ni les digo.

Conclusión:

De esto, ya han pasado como 2 largos años y la verdad que mi esposa está muy contenta. Desde que se pasó a Ubuntu, odia Windows y me juró nunca más va a volver a usarlo. Por desgracia en su trabajo tiene que usar MacOS, pero a pesar de que es un sistema privativo, se puede decir que es aceptable. Por otro lado, sabemos que no todo es miel sobre ojuelas, Ubuntu no es nada perfecto (uffffffffff) y a Linux en general, le falta mucho camino por recorrer en escritorio, pero a las batallas las libramos uno a uno.


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