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21 de abril de 2016

Procrastinar: el problema de posponerlo todo

¿Se le dificulta tomar el ritmo de trabajo al comenzar el día?, ¿Suele posponer la alarma para levantarse?, ¿Culmina los trabajos con dificultad?, ¿Suele ser desordenado con su tiempo?, ¿Acostumbra dejar las tareas más complejas para el final?, ¿Se le acumulan varios pendientes hasta el último plazo?, ¿Se siente más productivo cuando se acerca la fecha límite para entregar un trabajo?

Las anteriores podrían ser señales de que está cayendo en el hábito de procrastinar: sinónimo de diferir, posponer o aplazar. La palabra procrastinar tiene que ver con la costumbre de no hacer a tiempo las tareas que deben ser realizadas.



¿Cuáles son las causas? Las causas de aplazar o posponer son diversas. Entre las más comunes se encuentran la falta de autodisciplina, voluntad, y dificultad para establecer prioridades así como para administrar el tiempo.

También ocurre porque el “procrastinador acostumbra subestimar la importancia de la tarea encomendada por su aparente facilidad, o sobrestimar el tiempo que le queda para realizarla. Generalmente se asocia a la excesiva autoconfianza que redunda en una también falsa sensación de autocontrol y seguridad.” Explica el psicólogo Alain Bayona Correa, director de Infopsicologica.com

Qué se debe hacer. “Revise lo que se está diciendo a usted mismo y cómo mantiene conductas que lo llevarán hacia la auto derrota. Actitudes como el aplazamiento se convierten en una fuerte barrera. Algunos ejemplos son: “cinco minuticos más”, “mañana llego más temprano y comienzo”, “una siesta y me sentiré con mas ánimos de trabajar”, “lo haré más tarde”, “no tengo información suficiente para empezar…” Sea proactivo, tome la responsabilidad de su vida en sus manos y practique la habilidad de seleccionar su respuesta ante cualquier estímulo.”

Aconseja el sicólogo. Lo importante es que la persona se haga consciente de esta debilidad y así proponerse un plan de mejora; pues cuando procrastinar ya no es la excepción sino la regla, se afecta la capacidad productiva y el desempeño en general, ocasionando muchas veces consecuencias desfavorables a nivel laboral y personal. La siguiente es una lista de recomendaciones que pueden ayudar a manejar el problema:

Establezca una lista de pendientes. Es el primer paso para tener claridad. Segmente las tareas. Una vez tenga esta lista, otórgueles un valor según la importancia y “no la urgencia”, pues pensamos que todo es urgente mas no todo es importante. Teniendo depurada la lista, se dará cuenta qué cosas son primordiales y notará que hay otras que quizá no resultaron tan necesarias como pensaba pero que sí requieren de un tiempo. Observe los progresos analizando esas pequeñas etapas. No se permita postergar una misma tarea varias veces.

Fuente: @GrandesMedios