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24 de noviembre de 2015

Kill: matar un proceso usando su PID

La forma más complicada pero al mismo tiempo más precisa de matar un proceso es a través de su PID (siglas en inglés de “Identificador de Proceso”). Cualquiera de estas 3 variantes puede servir:

kill -TERM pid
kill -SIGTERM pid
kill -15 pid
Se puede usar el nombre de la señal (TERM o SIGTERM) que se desea mandar al proceso o su número de identificación (15). Para ver un listado completo de las posibles señales, sugiero verificar el manual de kill. Para ello, ejecutá:
man kill
Veamos un ejemplo de cómo matar Firefox:
Primero, hay que averiguar el PID del programa:
ps -ef | grep firefox
Ese comando devolverá algo parecido a esto:
1986 ?        Sl     7:22 /usr/lib/firefox-3.5.3/firefox
Usamos el PID devuelto por el comando anterior para aniquilar el proceso:
kill -9 1986

killall: matar un proceso usando su nombre

Este comando es bien fácil
killall nombre_proceso
Un dato a tener en cuenta al usar este método es que en caso de que haya más de una instancia de ese programa ejecutándose, se cerrarán todas.

pkill: matar un proceso usando parte de su nombre

Es posible aniquilar un proceso especificando el nombre completo o parte del nombre. Eso significa que no hay necesidad de que recuerdes el PID del proceso para enviar la señal.
pkill parte_nombre_proceso
Como contrapartida, este método aniquilará todos los procesos que contengan la palabra ingresada. Eso significa que si tenemos abiertos 2 procesos que comparten una palabra en el nombre, se cerrarán ambos.

xkill: matar un proceso seleccionando la ventana con el mouse

Este es el método más sencillo y el más práctico. En caso de desastre, simplemente presioná Alt + F2 para que se abra el cuadro de diálogo que te permitirá ejecutar comandos. Desde allí, ejecutá el siguiente comando:
xkill
El cursor del mouse se transformará en una pequeña calavera. Todo lo que resta es hacer clic en la ventana que querés cerrar y voilá. Chau proceso.

Algunos comentarios finales

Para terminar, quería compartir algunos consejos que pueden ser de utilidad. En Linux, al igual que en Windows, cuando un proceso se cuelga, generalmente se puede cerrar la ventana en cuestión haciendo clic en el botón Cerrar (que tiene la forma de una X). Luego de unos segundos, aparecerá una ventana preguntándonos si realmente queremos aniquilar el proceso puesto que éste no responde adecuadamente. Le damos que sí y listo.
Eso quiere decir que los métodos aquí descriptos deberían ser utilizados cuando no pasa nada al hacer clic en el botón Cerrar de la ventana en cuestión.
En caso de desastre mayor, no olvides que antes de presionar es posible realizar un reinicio “seguro”.
Por último, puede ser de mucha utilidad descubrir cuáles son los procesos que están ejecutándose actualmente. Para ello, los diferentes entornos de escritorio (GNOME, KDE, etc.) tienen herramientas gráficas que facilitan esta tarea. No obstante, en caso de que no puedas acceder a ellas o simplemente desees hacerlo desde el terminal, podés ejecutar lo siguiente:
top
En caso de que esto no funcione o que no tengas el paquete correspondiente instalado, siempre podés ejecutar:
ps -A
Esto listará todos los procesos en ejecución, junto con sus respectivos nombres y PIDs.